Nos hemos despedido del invierno a lo grande, deshilachando el domingo con nuestros pasos, como puñados de arena, filtrándose por las ondas del tiempo, en un lugar de singular belleza. Las Cárcavas con sus surcos moldeados por el agua en la tierra, han labrado sin duda un surco más en nuestra memoria con esta inolvidable experiencia. Explorando estas formaciones únicas, hemos sido testigos de lo que produce la erosión y el paso del tiempo en este lugar, recorriendo sus entrañas por sus pasadizos y rincones, fue como estar en un laberinto encantado entre estas columnas de color anaranjado de la arcilla. En su interior hemos sentido que cuando el silencio alcanza su álgido momento parece que se callara también el tiempo.
Después continuamos rumbo a las famosas cuevas, utilizadas como bodegas de vino durante siglos de Alpedrete de la Sierra, donde aprovechamos para tomarnos algo fresquito en el pueblo.  Y luego la bajada por el interior del barranco hasta la Presa el Pontón de la Oliva, entre buitres sobrevolando nuestras cabezas y escaladores,  terminó de redondear un día extraordinario.
Y como es habitual en Multiaventuras Pompilo en muy buena compañía y buen ambiente.
Disfrutad de las fotos y nos vemos en la excursión del fin de semana que viene.  😉

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